Y TODO SE REDUCE A UN NUMERO




En un rato tengo que pasar por el laboratorio a buscar los resultados de mi mas reciente análisis. Aclaro, mas reciente. Algunos dicen ultimo análisis. Prefiero creer que me quedan muchos mas para hacerme. Hecha la aclaración semántica, me zambullo de lleno en el "post" que quería compartir con mis fieles lectores.

Numeros. Desde que nacemos estamos rodeados de numeros. La hora en que nacemos, el peso con el que llegamos, la altura que tenemos.

Con el correr del tiempo jugamos con ellos y empezamos a entender su significado. Nuestros padres y maestros se obsesionan para que contemos correctamente del 1 al 10.

Entonces llega ese maldito día en que los numeros nos definen, nos juzgan.
Las inverosimiles reacciones a un simbolo. Frustraciones y alegrias. Risas y llantos.

Pasamos a tener un valor asignado. Nuestra inteligencia, nuestra memoria, nuestra creatividad se reducen a un numero. Ese numero nos va asignando un grupo de pertenencia. "Los tragas"..."los vagos".

El boletín o cuaderno de notas es la expresión final de nuestra "cosificación".
Nuestra identidad fusiona con lo bien o lo mal que nos desempeñamos. Muchos 10 son inexorable causa de orgullo y "seguro" acceso a grandes universidades. Muchos 5 nos ubican en esa media mediocre que no nos augura un futuro promisorio. Muchos 0 nos indican que nuestra vocación está evidentemente en otro lado.

De chico me gustaban mucho los numeros. Coleccionaba revistas y libros simplemente para acomadar los fasciculos y ver los numeros. Dibujaba en la tapa de esos libros el numero que le correspondía a la colección.

Tanto jodí con los numeros que ahora vivo pendiente de ellos. Mi nueva libreta de calificaciones son mis estudios de laboratorio. Mis "notas" aparecen en mi medidor de glucosa cada vez que me hago un control de glucemia.

Numeros...pensar que me gustaban tanto.

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