EL SINDROME PINOCCHIO : MENTIME QUE ME GUSTA
mentira.
De mentir
1. f. Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa.
2. f. Errata o equivocación material en escritos o impresos. Se usa más tratándose de lo manuscrito.
1. f. La que se dice con el fin de servir o agradar a alguien.
coger a alguien en ~.
1. loc. verb. coloq. Hallar o verificar que ha mentido.
decir ~ por sacar verdad.
1. loc. verb. Fingir que se sabe algo, para hacer que lo manifieste otra persona que tiene noticia de ello.
parece ~.
1. loc. verb. U. para dar a entender la extrañeza, sorpresa o admiración que causa algo.
1. f. Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa.
2. f. Errata o equivocación material en escritos o impresos. Se usa más tratándose de lo manuscrito.
1. f. La que se dice con el fin de servir o agradar a alguien.
coger a alguien en ~.
1. loc. verb. coloq. Hallar o verificar que ha mentido.
decir ~ por sacar verdad.
1. loc. verb. Fingir que se sabe algo, para hacer que lo manifieste otra persona que tiene noticia de ello.
parece ~.
1. loc. verb. U. para dar a entender la extrañeza, sorpresa o admiración que causa algo.
"Un tratamiento que se apoya en la buena voluntad del enfermo, muestra el fracaso de las estrategias médicas. ¡Como culparlo si le decís que vos estás para curarlo y en realidad no lo hacés!" (Médica diabetóloga de Hospital privado)
"Es frecuente que en las narrativas de la diabetes, la relación médico-paciente se defina a través de metáforas de obediencia, responsabilidad, castigo, culpa, premio, aceptación y rechazo. Lo que los médicos llaman "cumplimiento" o "adherencia" al tratamiento, es en realidad un mecanismo ideológico de control que transforma las recomendaciones médicas en teorías moralizadoras sobre las conductas del paciente. La idea de un médico experto que indica a su paciente los comportamientos que deberá observar durante un tratamiento que nunca terminará y la concomitante conducta de adherencia del enfermo, constituye tanto un ideal ético como un modelo de acción para la práctica médica." (¿Por que no se cura todavía la diabetes? - Liliana Saslavski - Editorial Antropofagia)
El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra. Si, a usted le hablo. No se haga el distraido. Eso. Muy bien. ¿No se siente mejor?. Menudo peso que llevaba encima. Más pecados que la Cicciolina!!!. Todos mienten. Las mentiras podrán venir en distintas presentaciones (small, large y extra large) pero, en alguna oportunidad, las hemos usado y nos han sacado de un apuro...
La mentira o, para darle un término más políticamente correcto, la trangresión, es moneda corriente en el mundillo de la diabetes. Partimos de una endeble base en que la medicina misma y, sus representantes en la tierra, los mata-sanos, nos mienten. Nos mienten desde el momento en el que no nos pueden dar una solución definitiva. Como sucede con otras enfermedades crónicas degenerativas, la imposibilidad de brindar una cura ha conducido a los médicos a adoptar la política de que el paciente debe ser adiestrado en el manejo de su enfermedad.*
Resulta pues que no sólo nos mienten sino que nos adiestran para que hagamos gracias. Más triste que el Circo Rodas y sus demacrados leones. La mentira y nuestra devolución de gentilezas. Tu me dices lo que yo quiero escuchar y yo te digo lo que tu quieres escuchar. Es una suerte de pacto en el que nadie gana. Ellos nos hablan de los nuevos tratamientos, de las últimas insulinas que han salido al mercado, de lo ricas que son sus dietas y nosotros les contamos del ejercicio que estamos haciendo, de lo bien que estamos comiendo y de lo puntillosos que somos con los controles de glucemia.
Para los no diabéticos. Piensen en esto. Suena el despertador a las 6:30 de la mañana. Es lunes. Su pareja no da acuse de recibo y sigue roncando como lo hizo toda la noche. Tres puteadas más tarde estás en la ducha. Cuatro más tarde te estás cambiando. No encuentras la camisa que planchaste anoche. Simplemente porque está debajo del maletín/cartera de tu pareja. 15 minutos más tarde, y con la camisa hecha un acordeón, preparas el desayuno para 4 y comienzas con la ceremonia de ir llamando a cada uno de los miembros de tu familia a la mesa. El agua hierve, las tostadas se queman y los chicos no bajan. Ah. El perro cagó adentro anoche y acabas de enterarte por no haberte puesto todavía los zapatos. Cinco puteadas y dos patadas en el orto al perro más tarde, bajan todos. Ninguno saluda. En un cuadro digno de película de zombies, cada uno hace ruidos guturales mientras se toma su leche, incluida tu pareja. La camisa blanca de los chicos imanta a las tostadas y se embadurna de mermelada. Te acuerdas repentinamente del capítulo de anoche de "Mujeres Asesinas" mientras tu pareja no saca la cabeza de dentro del diario. "Como si fueran hijos del rubio o del heladero". Te acordás, entonces, de la noche en la que los concebiste. Miras a tu pareja y lo dejas que lea de pe a pa la crónica del partido de Ben Hur de ayer. Tomas las llaves del auto. Arrastras a los chicos al auto sin darte cuenta que uno todavía tiene puesto el pantalón pijama. Te vuelves a acordar de "Mujeres Asesinas". Lo miras y no hace falta que le digas nada. En 15 segundos está en el auto con el pantalón clavado en el orto y con el pelo engominado. Le das un beso al diario ya que tu pareja sigue con la cabeza entre páginas, perdido en el goce neanderthal de mirar las fotos del gol de Palermo. Enciendes la radio mientras haces las primeras cuadras. Sugieren no tomar la 9 de Julio por una manifestación del gremio de choferes de camiones repartidores de gaseosas y cervezas. Ya estabas pagando el peaje...
Rutinas. Todos las odiamos. Unas más y otras menos. La rutina es lo que hace a la diabetes insoportable. No poder salirse del libreto. Estar enjaulado en el propio cuerpo, enfermo.
Si llevar a los chicos al colegio es una odisea, imaginen lo complicado de cumplir con los 10 mandamientos del médico. Médico que , para colmo, nos "adiestra" con metodologías dignas de los ayudantes de Mengele.
"Una verdadera transformación de la consulta en confesionario y tribunal que le da al profesional un mejor posicionamiento respecto al ejercicio de la autoridad. De esta manera, el único lugar de poder que le queda al paciente (paciente como pocos) es el de su incumplimiento"*
Sí, Doctor. Donde dice "ensalada de zanahoria con huevo duro y agua sin gas" debe decir "Choripan de la costanera con papas fritas y cerveza". Salud.
Agradecimientos a los aportes de Liliana Saslasvki (alias la mami de Cyco) por los fragmentos "prestados" de su libro...que, dicho sea de paso, ya está a la venta en su librería amiga!
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