FUI Y VOLVI : VIAJAR CON DIABETES (SIEMPRE Y CUANDO SE PAGUE SU PASAJE) PRIMERA PARTE

Anoche volví de Lima tras participar de un evento vinculado a las tareas que desarrollo en Argentina. No voy a aburrirlos contándoles del asunto porque bastante me aburrí yo escuchando a esta gente, de nobles intenciones y de deseos irrealizables. De lo que sí quiero hablarles es sobre como lidiar con la diabetes a la hora de tener que emprender un viaje y cuales son los recaudos a tomar.

Cualquier hijo de vecino, cuando se prepara para viajar, tiene que preparar su equipaje incluyendo una serie de elementos sin los cuales no sería factible comenzar el viaje, a saber:

  • El documento (pasaporte o cédula)
  • El billete/ticket (cosa que cada vez más se ha ido reemplazando por el ticket electrónico)
  • Dinero, cash,billetes o en su defecto tarjeta de crédito o un amigo en el destino que nos tire una moneda.

Listo. Uno puede llegar, incluso, a olvidarse el resto de las cosas (incluida la valija) y aún así poder viajar. Todo lo que puedas comprar posteriormente no será considerado indispensable. Se puede viajar sin cepillo de dientes y sin desodorante...millones de franceses me dan la razón.

Nosotros no somos como cualquier hijo de vecino. Bah. Si el hijo del vecino tiene diabetes entonces sí. A la lista de arriba hay que agregarle dos o tres cosas indispensables. Algunos me dirán...¿no era que todo lo que se puede comprar no entra en esa categoría?. Correcto. Cuando logren conseguir tiras reactivas para medidor de glucosa en Mombasa me avisan.

El equipaje del diabético debe incluir:

  • La o las insulinas
  • Pastillas de glucosa (muchas, ya que se suele caminar mucho cuando se viaja)
  • Hipokit Glucagen (por si caminamos mucho mas de la cuenta)
  • El medidor de glucosa con suficientes tiras reactivas.
Muy importante es llevar todo esto en el bolso de mano que llevemos con nosotros al avión. No despacharlo bajo ningún concepto a la bodega ya que podemos llevarnos una muy desagradable e inoportuna sorpresa (sobre todo en el aeropuerto de Ezeiza)

EL MENÚ FUERA DE CASA...


Otro gran problema con el que hay que saber manejarse bien es con el tema de la comida. Existe una suerte de máxima según la cual a mayor distancia nos alejemos de casa menos familiar nos será la oferta culinaria.

Conocer con precisión el "efecto" que produce en nuestras glucemias tal o cual desayuno es una ventaja con la cual dificilmente corramos si viajamos, por ejemplo, a Nepal. En los hoteles internacionales que cuentan con cadenas en, prácticamente, todo el mundo, el desayuno suele ser standard. No faltarán las tostadas, las mermeladas, los cereales, los jugos y los yogurths. En esos casos nos resultará mucho mas fácil y práctico desayunar algo que se asemeje lo más posible a lo que tomamos y comemos en nuestras casas. No faltará aquella fruta exótica y colorida que nos llamará la atención...probarla no implica la expulsión del jardín del edén, a lo sumo una ligera diarrea.

Ahora la canción será otra a la hora de comer fuera de nuestros albergues. Comienza una verdadera lotería en la que, movidos por el instinto, buscaremos ese lugar que nos de algo mas que el clásico bueno, bonito y barato. Buscamos no tener que hacer uso de la cobertura médica internacional . Buscamos pasar la noche en el hotel y no en terapia intensiva en el hospital público del pueblo. Buscamos volver a casa y contar la historia. Buscamos no tener que volver al hotel con la única obsesión de llegar al inodoro antes de que sea demasiado....tarde.

Consejos útiles para comer y no morir en el intento (literalmente)

Evitar lugares donde se amontonen perros con sarna en la puerta.

Evitar lugares donde se amontone gente con sarna en la puerta.

Evitar lugares donde no haya un alma comiendo... o es muy caro o el cocinero es amigo de Hannibal Lecter.

Evitar comer en puestitos callejeros. Nos veremos tentados por los precios e incluso por los aromas que emanen de esa fuente con aceite de motor. Lo barato sale caro. Tener en cuenta la distancia a la que nos encontremos del hotel y , por ende, de un inodoro en óptimas condiciones, es lo único que necesitamos saber para rechazar una semejante oferta culinaria.

Evitar hacerse el Marley y suponer que cualquiera se puede meter cualquier cosa a la boca. Sepan que lo que hacen en el programa de Marley es poner a un doble de riesgo que, casualmente, está internado en un hospital público en Bombay.

De Cochabamba, Bolivia, me traje muchos y hermosos recuerdos pero también dejé recuerdos imborrables en las paredes de un baño de un pequeño restaurant. El dueño me sigue buscando.

En síntesis. Prudencia. No ser tacaño. No solo nos puede caer la comida para el culo sino que también se nos pueden disparar las glucemias por hacernos los vivos de comer lo que come la gente local. Tengamos un viaje en paz y con lindos recuerdos. Preferible robarse un cenicero del hotel y no de la guardia del hospital de Addis Abeba.

Comentarios

Anónimo dijo…
Jajjaajaj !! Muy bueno tu post de hoy ...Es verdad, mi papá tiene diabetes y cada vez que viaja es un todo un tema el asunto de la comida. Creo que como mencionás en alguna otra entrada la clave es la moderación :-)
Anónimo dijo…
Hola que importantes son tus datos sobre los viajes de una persona diabetica,quiero contarte lo que a mí me paso ,soy diabetica hace tres años y en nuestras primeras vacaciones ,deje el bolso con las insulinas arriba de la mesa .Fue terrible me sucedio por apurada y bueno tuve que volver y no fue muy bueno . Gracias por tus consejos son barbaros.
Patán 1973 dijo…
Suerte que no te diste cuenta ya subida al avión!!!
Anónimo dijo…
Me encantó!!!! Sobre todo porque es como escucharme a mí hablando de discapacidad motriz, te invito a ver mi blog, http://nelidabarbeito.blogspot.com donde escribo sobre turismo y discapacidad. tengo algunos pasajeros diabéticos, varios celíacos y aprendo mucho de sus aventuras y desventuras, pero tus comentarios me gustaron mucho !!! Adelante!!! Y... se dice... Feliz día hoy 14 de nov?
Un beso, Nélida Barbeito

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